jueves, 14 de marzo de 2013

Una exposición lamentable en la Universitat de València




Las ciencias sociales suelen ser especialistas cuando se trata de detectar discriminaciones grupales. Así no es de sorprender que en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universitat de València exista una larga tradición de organización o colaboración en la denuncia del racismo, sexismo y otras formas de exclusión social. No obstante, los responsables de la facultad parecen ciegos cuando se trata del antisemitismo. Así lo muestra una exposición con tintes antisemitas que tiene lugar actualmente en el hall de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universitat de València y que se mantiene a pesar de haber sido advertido de su carácter antisemita. La exposición con el título PAZLESTINA autorizado por el Vicedecanato de Cultura, Participación e Igualdad muestra 28 imágenes con textos (tanto poemas como prosa).



Crítica
Podemos decir que es lamentable que la exposición esté totalmente sesgada, mostrando exclusivamente a los palestinos como víctimas y a los israelís como agresores. Podemos criticar que la exposición es incoherente, callándose frente a las injusticias, barbaridades y opresiones internas de los propios palestinos. Justamente cuando en la facultad se celebra el mes de la igualdad de género no hay ni una palabra sobre la política retrógrada de Hamás frente a las mujeres palestinas. Y podemos reprochar el uso reiterado de lemas que encuentran aplauso, incluso por parte de los antisemitas mortales de Hamás, como es el lema de Free Palestine, explicado por mí en otra entrada en este blog. No obstante, nadie está obligado a  formular su crítica de forma equilibrada, coherente y clara. Hasta aquí se puede pensar que se trata de una exposición lamentable y criticable pero sólo una más entre otras  muchas.


Antisemitismo
No obstante, la exposición cruza la frontera del  antisemitismo cuando compara en imágenes a Israel o directamente al judaísmo con el nacionalsocialismo. En las dos fotos se puede ver la equiparación  de la estrella de David con la esvástica y una cara de Hitler sobre un código de barras de productos Israelís, llamando a su boicot y denominando “bestias” a los Israelís:




En otra entrada argumenté porqué la comparación con el nacionalsocialismo está considerada antisemitismo. En resumen: Primero se trata de una exageración y demonización de la política de Israel; segundo, la comparación entre nazis e israelís presenta una banalización y trivialización del daño causado a los judíos durante el Tercer Reich; y tercero estamos ante un intento de robo de la historia. Escribí en su momento: “Esta estrategia de quitar a los judíos su estatus de principales víctimas del Holocausto debería ser obvia.” Lamentablemente no es así como se puede ver estos días en la exposición de la Universitat de València. Parece que el estudio del antisemitismo moderno todavía es una asignatura pendiente en la Facultad de Ciencias Sociales.

Para aprender quizá sirvan las siguientes definiciones de organismos y expertos  dedicados al tema. Así, una definición de antisemitismo, ampliamente compartida entre los que hoy en día estudian el tema, nace en 2005 como definición de trabajo del European Monitoring Center on Racism and Xenophobia (EUMC), que ahora es la European Union Agency for Fundamental Rights (FRA). Esta definición es utilizada también por otras organizaciones como la OSCE, el European Forum on Antisemitism o, en España, el Observatorio del Antisemitismo en España.
En ella podemos leer claramente:

"Ejemplos de las formas en que el antisemitismo se manifiesta en relación al Estado de Israel son:
[...]
- Realizar comparaciones entre la política israelí actual y la de los nazis."


La definición es clara e inequívoca. Pero mientras reine la definición de todos los antisemitas de que “lo que es antisemitismo lo decido yo” habrá impunidad e indiferencia frente a la hostilidad. Impunidad e indiferencia que emiten la señal de que esta forma de criticar a Israel es  aceptable. Espero que algún día la preocupación por el antisemitismo cobre la misma importancia en los planes de formación y en la propia dedicación intelectual que otras formas de discriminación grupales. De momento la lucha contra el antisemitismo parece tarea pendiente.

viernes, 8 de marzo de 2013

¿Free Palestine?



En una entrada anterior hablé del antisionismo como código cultural. Ahora quiero mostrar, con un ejemplo común, cómo funciona un código cultural muy concreto. Expondré qué mecanismos de insinuación, silencios estratégicos y evocaciones de connotaciones se encuentran en una fórmula aparentemente tan inocente como la que podemos ver con regularidad en pegatinas, carteles o grafitis: Free Palestine. Este lema tiene la capacidad de crear la máxima adhesión y la máxima simpatía más allá de fronteras ideológicas tradicionales. Y es que desde la revolución francesa con su libertad, igualdad y fraternidad o desde la constitución de EE.UU. por la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad, nadie se puede oponer al ideal de la libertad. Quien lo hace, casi automáticamente se sitúa fuera del discurso democráticamente aceptado. Por tanto, en principio deberíamos dar la bienvenida a la reclamación de la libertad para cualquier territorio del mundo, incluido el territorio palestino.

Free Palestine… son sólo dos palabras, pero contienen trampas peligrosas. Comenzamos con la primera palabra - free - que es tanto un adjetivo como un verbo. Como adjetivo se conocen traducciones como libre, pero también liberado o desocupado. Como verbo, to free significa liberar. En todo caso quien utiliza el lema de Free Palestine no se suele referir nunca a una realidad existente, a un territorio que ya está libre, sino siempre a una situación futura en la que la libertad habrá  sido conseguida mediante un proceso de liberación.

Ahora bien: ¿Qué es esto de la libertad? ¿Libre de qué? ¿Libre para qué? Si analizamos la discusión sobre qué es la libertad encontramos al menos dos nociones básicas. La primera sería la de la libertad negativa. Libertad entonces sería la ausencia de aquello que nos quita libertad o que simplemente nos impide vivir con dignidad: Queremos ser libres de hambre, de amenazas, de opresiones, de guerras…. Pero igualmente nos podemos librar de personas. Así que la extrema derecha muchas veces reclama liberar un territorio p.ej. de minorías étnicas. Cuando se utiliza simplemente el lema Free Palestine sin dar más explicaciones, el significado que se da depende, en gran medida, del contexto de presentación y de recepción. Como el contexto casi siempre es un contexto de crítica feroz a Israel Free Palestine no se suele entender como liberar a palestina de Hamás y otros terroristas o liberar a las mujeres palestinas de la opresión por una ideología retrógrada. Se suele entender liberación como liberación de una supuesta ocupación y opresión judía / israelí. El éxito del lema radica en que quien lo utiliza no tiene que explicitar este significado y puede guardar silencio. No tiene que exponer la  definición, a qué idea de libertad se refiere. Por ello, el lema es capaz de aglutinar a los genocidas en potencia y enemigos de toda emancipación como la de Hamás con la izquierda emancipada y bienintencionada que se percibe en la tradición de la revolución francesa.

Pero también existe una segunda noción de libertad, que responde a la cuestión de ¿para qué ser libre? En la tradición emancipadora, la respuesta está clara y apunta a libertad para autogobernarse, para darse sus propias leyes y reglas de convivencia o para vivir una vida autónoma. En ningún caso una izquierda emancipadora reclamaría libertad para matarse mutuamente o para hacer daño al prójimo. Por el contrario, para la derecha vivir en un territorio libre de extranjeros o de judíos, es un fin en sí mismo. En esta ideología todo iría mejor si sólo se fueran los que, según la ideología, no pertenecen a este territorio.

De nuevo, cuando leemos Free Palestine, no sabemos en principio a qué se refiere. No obstante, por el poco esfuerzo que se hace, por parte de quienes utilizan este lema, de luchar por una palestina donde los individuos, independientemente de su  sexo,  orientación sexual,  clase a la que pertenezcan o  religión que practiquen,  tengan una mayor autonomía frente a las imposiciones de quienes sea y se centran casi exclusivamente en denunciar a Israel como la raíz de todos los males de Palestina, vemos que aquí prevalece el último significado: Palestina libre de israelís/judíos como fin en sí con la esperanza ilusoria de que entonces todo cambiaría a mejor.

Ahora bien, el problema del lema no sólo radica  en la primera de las dos palabras. Con la referencia al territorio palestino surge otra preocupación ¿Qué es el territorio palestino? ¿Cuáles son sus fronteras? ¿Comprende sólo los territorios palestinos de Cisjordania y la Franja de Gaza? Todos sabemos que desde hace décadas existen conflictos violentos sobre las fronteras de este territorio. ¿O comprende Palestina también el Estado de Israel y partes de Jordania tal como  Hamás proclama en su carta fundacional? La respuesta a estas preguntas suele ser una vez más: el silencio. Se trata de un silencio cómplice con todos aquellos que quieren acabar con Israel y con los judíos que actualmente viven en este territorio, tal como Hamás reivindica abiertamente en la ya mencionada carta fundacional.

No dudo de las buenas intenciones de la gran mayoría de la izquierda que hace suyo el lema de Free Palestine. Pero mientras el lema sea decodificado por millones de fanáticos como lema claramente anti-emancipador, Free Palestine no debe ser un lema de la izquierda. Mientras haya personas que utilicen dicho lema a favor de la libertad de Hamás para  oprimir a mujeres y personas de otras creencias religiosas y políticas, y mientras haya grupos que lo utilicen para exigir la expulsión de los judíos del territorio en el que actualmente viven, la izquierda debería concretar sus exigencias para no hacerse cómplice del fanatismo retrógrada. Free Gaza from Hamas sería uno de estos lemas emancipadores que yo propondría. Un lema que debería ser consenso entre la izquierda emancipadora.

Aún no he visto este cartel en ninguna de las múltiples manifestaciones por la paz en Palestina que la izquierda organiza en este país.