viernes, 11 de marzo de 2016

¿Pro-palestino o sólo anti-israelí?

Por supuesto soy pro-palestino y creo que desde una posición de humanista, progresista, y de izquierdas, hay que serlo.

        Soy pro-palestino porque me siento solidario con todos los palestinos que en Israel sufren racismo institucional o que son víctimas del racismo por determinadas partes de la sociedad civil israelí.

        Me siento solidario con las mujeres palestinas que todavía, en pleno siglo XXI son tratadas como seres humanos de segunda por las autoridades palestinas, así como también por gran parte de su sociedad, y a las que se les niega la plena igualdad con argumentos de cultura, religión o tradición.

        Ser pro-palestino para mí significa también estar al lado de las palestinas lesbianas, gais, transexuales y bisexuales perseguidos hasta la muerte por una ideología religiosa que odia a lo diferente.

        Apoyar a los palestinos significa querer proteger a los niños palestinos. Quiero que crezcan en paz, con bienestar y educación y que no se les enseñe el odio hacia su vecino o se les utilice como armas o escudos en ninguna guerra. Creo que tienen todo el derecho a ser amados en mayor medida de lo que se odia a Israel.

        Soy solidario con todos los librepensadores palestinos que se niegan a hacer propaganda para las autoridades palestinas y no raras veces son perseguidos por ello. Son personas normales que simplemente quieren vivir una vida digna, que no quieren ninguna guerra, que no celebran atentados suicidas y que creen en la convivencia pacífica y en la diversidad.

        Soy planamente solidario con la oposición democrática y laica palestina que tanto carece de aliados y tantas veces tiene que sufrir la represión de los grupos palestinos más radicales.

        Estoy a favor de que los cientos de miles de palestinos que ya viven en Jordania y en otros países de la zona desde hace varias generaciones, por fin reciban el estatus legal de ciudadanos, poniendo fin, de este modo, a la discriminación legal. Creo que la recomendación de la liga árabe de negarles este estatus supone una grave discriminación a los palestinos.

        Igualmente estoy a favor de que los palestinos que viven dispersos en Europa reciban ya el estatus pleno de ciudadano donde quiera que se encuentren.
Por ser pro-palestino estoy fuertemente convencido de que la comunidad internacional debe dejar de jugar su propio juego identitario a costa de la población palestina e israelí, impidiendo así una solución pacífica y duradera. No se debe premiar a las familias de los “mártires”, como lo hace por ejemplo Irán, ni justificar actos de