En una entrada anterior hablé del
antisionismo como código cultural.
Ahora quiero mostrar, con un ejemplo común, cómo funciona un código
cultural muy concreto. Expondré qué mecanismos de insinuación, silencios
estratégicos y evocaciones de connotaciones se encuentran en una fórmula
aparentemente tan inocente como la que podemos ver con regularidad en
pegatinas, carteles o grafitis: Free Palestine.
Este lema tiene la capacidad de crear la máxima adhesión y la máxima simpatía más
allá de fronteras ideológicas tradicionales. Y es que desde la revolución
francesa con su libertad, igualdad y fraternidad o desde la constitución de EE.UU.
por la vida, la libertad y la búsqueda
de la felicidad, nadie se puede oponer al ideal de la libertad. Quien lo hace,
casi automáticamente se sitúa fuera del discurso democráticamente aceptado. Por
tanto, en principio deberíamos dar la bienvenida a la reclamación de la
libertad para cualquier territorio del mundo, incluido el territorio palestino.
Free Palestine… son sólo dos palabras, pero contienen
trampas peligrosas. Comenzamos con la primera palabra - free - que es tanto un adjetivo como un verbo. Como adjetivo se
conocen traducciones como libre, pero también liberado o desocupado. Como verbo,
to free significa liberar. En todo
caso quien utiliza el lema de Free Palestine
no se suele referir nunca a una realidad existente, a un territorio que ya está
libre, sino siempre a una situación futura en la que la libertad habrá sido conseguida mediante un proceso de
liberación.
Ahora bien: ¿Qué es esto de la libertad? ¿Libre de qué? ¿Libre para qué? Si
analizamos la discusión sobre qué es la libertad encontramos al menos dos
nociones básicas. La primera sería la de la libertad negativa. Libertad
entonces sería la ausencia de aquello que nos quita libertad o que simplemente
nos impide vivir con dignidad: Queremos ser libres de hambre, de amenazas, de
opresiones, de guerras…. Pero igualmente nos podemos librar de personas. Así
que la extrema derecha muchas veces reclama liberar un territorio p.ej. de
minorías étnicas. Cuando se utiliza simplemente el lema Free Palestine sin dar más explicaciones, el significado que se da
depende, en gran medida, del contexto de presentación y de recepción. Como el
contexto casi siempre es un contexto de crítica feroz a Israel Free Palestine no se suele entender como
liberar a palestina de Hamás y otros terroristas o liberar a las mujeres
palestinas de la opresión por una ideología retrógrada. Se suele entender
liberación como liberación de una supuesta ocupación y opresión judía /
israelí. El éxito del lema radica en que quien lo utiliza no tiene que
explicitar este significado y puede guardar silencio. No tiene que exponer la definición, a qué idea de libertad se refiere.
Por ello, el lema es capaz de aglutinar a los genocidas en potencia y enemigos
de toda emancipación como la de Hamás con la izquierda emancipada y
bienintencionada que se percibe en la tradición de la revolución francesa.
Pero también existe una segunda noción de libertad, que responde a la
cuestión de ¿para qué ser libre? En la tradición emancipadora, la respuesta
está clara y apunta a libertad para autogobernarse, para darse sus propias
leyes y reglas de convivencia o para vivir una vida autónoma. En ningún caso
una izquierda emancipadora reclamaría libertad para matarse mutuamente o para
hacer daño al prójimo. Por el contrario, para la derecha vivir en un territorio
libre de extranjeros o de judíos, es un fin en sí mismo. En esta ideología todo
iría mejor si sólo se fueran los que, según la ideología, no pertenecen a este
territorio.
De nuevo, cuando leemos Free Palestine,
no sabemos en principio a qué se refiere. No obstante, por el poco esfuerzo que
se hace, por parte de quienes utilizan este lema, de luchar por una palestina donde
los individuos, independientemente de su sexo, orientación sexual, clase a la que pertenezcan o religión que practiquen, tengan una mayor autonomía frente a las
imposiciones de quienes sea y se centran casi exclusivamente en denunciar a
Israel como la raíz de todos los males de Palestina, vemos que aquí prevalece
el último significado: Palestina libre de israelís/judíos como fin en sí con la
esperanza ilusoria de que entonces todo cambiaría a mejor.
Ahora bien, el problema del lema no sólo radica en la primera de las dos palabras. Con la
referencia al territorio palestino surge otra preocupación ¿Qué es el
territorio palestino? ¿Cuáles son sus fronteras? ¿Comprende sólo los
territorios palestinos de Cisjordania y la Franja de Gaza? Todos sabemos que
desde hace décadas existen conflictos violentos sobre las fronteras de este
territorio. ¿O comprende Palestina también el Estado de Israel y partes de
Jordania tal como Hamás proclama en su
carta fundacional? La respuesta a estas preguntas suele ser una vez más: el silencio. Se
trata de un silencio cómplice con todos aquellos que quieren acabar con Israel
y con los judíos que actualmente viven en este territorio, tal como Hamás
reivindica abiertamente en la ya mencionada carta fundacional.
No dudo de las buenas intenciones de la gran mayoría de la izquierda que
hace suyo el lema de Free Palestine.
Pero mientras el lema sea decodificado por millones de fanáticos como lema
claramente anti-emancipador, Free Palestine
no debe ser un lema de la izquierda. Mientras haya personas que utilicen dicho lema a favor de la libertad de Hamás para
oprimir a mujeres y personas de otras creencias
religiosas y políticas, y mientras haya grupos que lo utilicen para exigir la
expulsión de los judíos del territorio en el que actualmente viven, la
izquierda debería concretar sus exigencias para no hacerse cómplice del
fanatismo retrógrada. Free Gaza from Hamas
sería uno de estos lemas emancipadores que yo propondría. Un lema que debería
ser consenso entre la izquierda emancipadora.
Aún no he visto este cartel en ninguna de las múltiples manifestaciones por
la paz en Palestina que la izquierda organiza en este país.
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