martes, 7 de julio de 2015

Convergencias antisemitas (6/6)



En las últimas cinco entradas hemos podido ver cinco formas de antisemitismo actual,  bien diferenciadas: el antijudaísmo, el antisemitismo racial/nacionalista, el antisemitismosecundario, el antisemitismo islámico y el antisionismo antisemita oantisemitismo antisionista.
No obstante, en la realidad, raras veces encontramos estos tipos ideales y más bien encontraremos mezclas y alianzas políticas que, a primera vista, podrían parecer extrañas como por ejemplo la alianza de movimientos emancipadores con movimientos represivos clericales contra la política de Israel, por sólo nombrar algunas.
Es justamente el carácter multifacético del antisemitismo el que ayuda a negar las propias tendencias antisemitas. La alusión a una forma específica de antisemitismo puede servir para marcar la posición propia como no-antisemita. Así sirve, por ejemplo, la referencia al antisemitismo racial de la derecha a cierta izquierda para negar el antisemitismo en las filas propias.
A pesar de la complejidad del tema, podemos resumir que ciertas formas, aunque no son exclusivas de una región, un tiempo histórico o una ideología política, pueden ser dominantes o al menos más comunes, en un contexto específico. El antijudaísmo fue dominante en un tiempo histórico donde el poder de la Iglesia era mayor al actual- en España quizá hasta los años 70 del siglo pasado. Además, dentro del cristianismo esta forma de antisemitismo se encuentra específicamente en el catolicismo y en la variante luterana del protestantismo. El antisemitismo racial/nacional fue la forma dominante de los Estados europeos en la creación y definición de sus Estados nacionales, desde finales del siglo XIX hasta la segunda guerra mundial. Ambas formas, el antijudaismo y el antisemitismo racial sobreviven hoy en día en círculos ultraconservadores o de extrema derecha.
En el espacio público encontramos normalmente las otras formas de antisemitismo. El antisemitismo democrático se encuentra en el centro político de la sociedad, el antisemitismo antisionista es más dominante en la izquierda antiimperialista y el antisemitismo islámico se encuentra sobre todo en países árabes y en comunidades de inmigrantes de estos países en Europa.
Podemos entender por tanto al antisemitismo como una estructura semántica básica capaz de crear alianzas por encima de las fronteras ideológicas. El antisemitismo es capaz de adaptarse a nuevas situaciones históricas y sociales. Además tal como el paranoico no percibe su propia paranoia, el antisemita actual no cree que lo es. Es esta capacidad de adaptación, junto con la negación del propio antisemitismo lo que lo convierte en algo tan persistente.

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